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Charca do Alligal

Situada en la parroquia de Codesido, la Charca do Alligal es una afamada poza de aguas termales convertida en piscina que se emplaza en uno bello enclave natural rodeado de abedules.

La primera piscina data el año 1930, construida en piedra y con unas dimensiones mucho más reducidas que las que tiene ahora. Actualmente, es una balsa circular de treinta metros de diámetro.

De su suelo de arena brotan diferentes hoyos del manantial, perceptibles por las burbujas que se ven ascender. La temperatura media anual de sus aguas alcanza los 23º C, manteniéndose estables durante todo el año.

La charca dispone de fuente, un amplio aparcamiento y, durante la temporada de verano, también se abren al público sus vestuarios, aseos y bar. Todo el espacio lo gestiona íntegramente la comunidad vecinal de la parroquia de Codesido.

En las cercanías de este paraje se sitúa el Hotel Spa Attica21 Vilalba, abierto en el año 2006 y que dispone de 42 habitaciones y 2500 m2 de superficie dedicada a la cultura del agua y tratamientos.

Senderismo

Existen diferentes posibilidades para visitar la Charca. Rutas, por el momento no señalizadas, que recorren caminos llanos rodeados de una vegetación típica gallega y que van desde el pueblo de Vilalba o desde el hotel que se encuentra a escasos 500 m. Son rutas de dificultad baja, ideales para hacer en familia y en las que puedes encontrar pequeños arroyos, puentes típicos y explotaciones ganaderas que dan origen al tan conocido queso ahumado, San Simón da Costa.

Leyendas sobre la Charca do Alligal

Además de las rutas de senderismo, a la Charca de Alligal la rodean diferentes leyendas que han pasado de generación en generación. La costumbre local dice que se necesitan de 9 a 11 baños para sentir la efectividad del agua y aprovechar todas sus propiedades.

Aunque no esté científicamente comprobado, los lugareños le dan atribuciones milagrosas al agua de la Charca do Alligal, incluso hay quienes dicen que ayuda a rejuvenecer, pues renueva las células de la piel, calma los dolores y sana las articulaciones. Por eso, algunos turistas llevan el agua en garrafas para sus casas con la intención de lavar allí constantemente sus manos y sus pies, evitando dolencias. Lo que sí está comprobado es que la experiencia dentro de la naturaleza origina una sensación de bienestar.

La charca también está asociada con diferentes historias de encantamientos, amores y desamores, donde en todos logra curar y llenar de vida a quienes se sumergen en ella.

OCIO:

Aunque acude gente todo el año, sobre todo los fines de semana, el punto álgido de afluencia se sitúa en el verano, convirtiendo a la charca en una de las fuentes minero-medicinales más concurrida de Galicia.

Recomendamos visitarla en invierno para disfrutar del contraste de temperaturas y poder tomar las aguas con tranquilidad.